Una larga lucha entre conservación y agricultura en la Sierra de Bahoruco

Por: Marvin Del Cid
Es 17 de julio de 2019 a las 5 de la tarde en el área de Los Arroyos, Provincia Pedernales. Las nubes tocan suavemente la plantación de aguacates de la finca agrícola Marte Espinal, mientras Dalvin Espinal contesta a las preguntas de Diario Libre sobre la producción de aguacate hass en Sierra de Bahoruco. Estamos en el centro de su finca, a pocos metros al norte está el límite del Parque Nacional Sierra de Bahoruco, imperceptible a la vista entre las plantas de aguacate.
Esta finca, dividida en tres terrenos que superan las 200 hectáreas (3,276 tareas), está en más de un 50% dentro del área protegida. Cientos de árboles de aguacate hass de exportación han ido sustituyendo tareas donde se produjo por décadas productos de ciclo corto, como papa, cebolla, zanahoria, entre otros.
Hasta los años 1970s, esta zona era un exuberante bosque latifoliado, un bosque nuboso que albergaba las más rica biodiversidad de la isla. En la zona de Los Arroyos quedan pequeños parches de lo que fuera este hábitat.
La sierra es compartida con el vecino país de Haití, sin embargo del lado haitiano las rocas desnudas son evidencia de la explotación agrícola y de carbón vegetal. Del lado dominicano, la agricultura fue desplazando el bosque primario sin ningún tipo de control.
La finca Marte Espinal pertenece al padre de Dalvin, Ramón Antonio Espinal (mejor conocido como Pilo Marte), un agroempresario originario de constanza que se instaló en la zona a principios de este siglo. Fue adquiriendo parcelas a pequeños productores a pesar de estar dentro de los límites del parque nacional Sierra de Bahoruco, donde se practica la agricultura de productos de ciclo corto desde antes que se declarara zona protegida en 1983.
Dalvin Espinal, está sentado en una silla del comedor de los trabajadores de la finca, donde se pueden ver letreros en español y creol sobre la higiene antes de comer, como parte de las exigencias de la certificadora Global G.A.P. Aquí explica, con tono tranquilo, cómo su padre se instaló en la zona en 1992, y pudo identificar a Los Arroyos con características para la agricultura similares a las de su natal Constanza.
Según Dalvin fueron adquiriendo las tierras hasta aproximadamente 2003. Sin embargo, en una entrevista del veterano periodista Tony Pina para el periódico El Caribe, con fecha 1 de febrero de 2012, Pilo Marte le explica que conoció de las tierras de la frontera a principios del año 2000 cuando comercializaba papas en el mercado local y que apenas tenía cuatro años de haberse radicado en la zona. Esto colocaría su radicación en 2008, cuatro años después de promulgada la ley sectorial de áreas protegidas, que define los límites vigentes del parque y muy posterior a lo que alega hoy su hijo Dalvin.
Dalvin también narra su versión sobre los límites del parque. Recuenta que en el 1986 se define la línea del parque tomando en cuenta los asentamientos agrícolas que ya existían, pero en el 2004 se amplían los límites del parque hacía el sur, dejando varias fincas dentro del área protegida. Para Dalvin ahí se inician los problemas, porque a su vez que se extienden los límites del parque, el mismo gobierno promueve la siembra de aguacate hass en Los Arroyos durante el Gobierno de Hipólito Mejía, lo que según él generó mucha confusión.
Además que el letrero que identifica la entrada al parque y la caseta de guardaparques fueron ubicados en 2006 a 3 kilómetros dentro del área protegida, y no fueron colocados los borners oficiales hasta el 2014, evidenciando gran parte de las fincas dentro de la zona protegida. Según Dalvin, desde el 2006, los productores iniciaron un lucha para defender los terrenos agrícolas declarados como área protegida.
El geólogo dominicano José Ramón Martínez Batlle, en sus tesis doctoral en Cambios Ambientales y Riesgos naturales, para la Facultad de Geografía e Historia en 2012, titulada: “Sierra de Bahoruco Occidental, República Dominicana y Estado de Conservación de su Parque Nacional”, explica detalladamente cómo fue delimitado el parque SDB, haciendo notar que todos los ecosistemas inscritos dentro de la limitación son de alto valor ambiental.
Sin embargo, considera una debilidad para la aplicación de esta delimitación su escasa implantación en campo. Cuando publicó su tesis aún no existían borners que permitieran a los ganaderos, agricultores y público en general, identificar el límite del parque.
Otra debilidad identificada por el geólogo fue la imposibilidad de plasmar, cartográficamente los límites. “Hay aproximadamente 20 errores, omisiones cartográficas y de redacción, 3 de ellos graves, que impiden cerrar un polígono consistente para el parque. Hay errores que impiden dar solución de continuidad al límite propuesto. Se advierte en este análisis la necesidad de que el viceministerio de Áreas Protegidas y Biodiversidad presente una propuesta cartográfica descente”. Para el investigador fue necesario interpretar con criterio conservador y tomar decisiones inexactas sobre los límites contenidos en la ley.
En el siguiente línea de tiempo se puede ver la influencia de la agricultura en Sierra de Bahoruco desde la colonización al presente.
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