«Reino Unido redefine el término ‘mujer’: la Corte Suprema opta por el sexo biológico»

Londres.— En una decisión que promete reconfigurar el debate legal y social sobre los derechos de las personas transgénero en el Reino Unido, la Corte Suprema ha fallado de manera unánime que, en el contexto de la Ley de Igualdad de 2010, el término “mujer” debe entenderse como una referencia al sexo biológico y no a la identidad de género.

El fallo, emitido bajo la presidencia del magistrado Robert Reed, responde a un caso que llegó al alto tribunal tras años de controversias sobre la interpretación legal de género en distintas áreas, incluyendo el acceso a espacios segregados por sexo, la participación en deportes y las políticas de empleo.

“El objetivo del legislador al redactar esta ley fue garantizar protecciones específicas basadas en el sexo biológico. Reconocer la identidad de género en este contexto implicaría una reinterpretación jurídica que corresponde al Parlamento, no a los tribunales”, sostuvo Reed durante la lectura del fallo.

La resolución ha generado fuertes reacciones a ambos lados del espectro político y social. Organizaciones feministas celebraron la decisión como una medida de protección para las mujeres en situación de vulnerabilidad, especialmente en contextos como refugios, prisiones y servicios sanitarios. “Este fallo reconoce que el sexo importa. Es una victoria para los derechos de las mujeres basados en la realidad biológica”, afirmó Maya Forstater, directora del think tank Sex Matters.

Por el contrario, grupos de defensa de los derechos trans han expresado profunda preocupación. “Este dictamen ignora la realidad vivida de las personas trans y consolida una visión excluyente del género. Es un retroceso en materia de derechos humanos”, señaló Nancy Kelley, directora de Stonewall UK.

El fallo no invalida las protecciones legales de las personas trans contempladas en otras partes de la Ley de Igualdad, pero sí delimita con mayor claridad cuándo y cómo pueden aplicarse excepciones basadas en el sexo.

Con esta decisión, el Reino Unido se distancia de una tendencia observada en otros países europeos, como España o Irlanda, donde las leyes han adoptado una definición más inclusiva del género basada en la autodeterminación. La Corte ha dejado la puerta abierta para que el Parlamento revise o modifique la legislación si así lo considera pertinente.

En tiempos marcados por intensos debates sobre identidad, lenguaje y derechos, la sentencia representa un punto de inflexión: reafirma el papel de la ley como límite a las interpretaciones socioculturales cambiantes y reaviva una discusión que promete seguir polarizando a la sociedad británica.

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