En Haití, La falta de combustible y electricidad agrava violencia, 1,3 millones de personas están al borde de la inanición

Con la persistente violencia de las pandillas asolando la capital de Haití, otras ciudades de la nación caribeña enfrentan además la escasez de combustible y electricidad, que amenazan la vida diaria de millones de personas.

A los enfrentamientos armados en Puerto Príncipe, en donde al menos 234 personas murieron o resultaron heridas en la peligrosa barriada pobre de Cité Soleil (Ciudad Sol) desde principios de julio, se ha sumado el bloqueo por las pandillas de la actividad en las tres principales terminales petroleras del país.

En Jeremie, una ciudad costera en el extremo suroeste de la isla, las estaciones de servicio han quedado sin combustible durante meses.

Los residentes se ven obligados a recurrir al mercado negro, donde la gasolina y el diésel están fácilmente disponibles, pero a precios seis veces más altos que la tarifa establecida por el gobierno.

Como en todas partes en Haití, el sur de la península también sufre por una inflación altísima. Pero si bien los precios han aumentado más del 25% a nivel nacional, la región suroeste ha visto duplicarse los precios de algunos productos alimenticios desde principios de año.

La creciente tasa de pobreza de Haití, agravada por la inestabilidad social, es una gran preocupación para la comunidad humanitaria: casi la mitad de los 11 millones de ciudadanos del país ya padecen inseguridad alimentaria, incluidos 1,3 millones que están al borde de la inanición, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas.

La gran mayoría de la energía utilizada en Haití es producida por plantas que queman diésel, por lo que “es muy simple: si no hay combustible, no hay electricidad”, dice Janvier.   

José Davilmar, director administrativo de la Empresa Pública de Energía Eléctrica del país (EDH), dice que hay “enormes dificultades para transportar el combustible a ciertas localidades de provincia”.

Más recientemente, tres barcos cargados de combustible no pudieron atracar porque hubo represalias de criminales en Cité Soleil”, ejemplificó.

Sin la electricidad de las centrales de suministro, regiones enteras del país deben recurrir a generadores a gas para mantener las luces encendidas.

El alcalde de esa ciudad, Patrick Almonor, advierte que los cortes de energía han tenido un gran impacto en las instalaciones médicas.

“Los hospitales están trabajando a un ritmo más lento, con servicios reducidos porque hace casi seis meses que la EDH no despacha energía eléctrica en la ciudad”, dice Almonor.