Atacante de Uvalde anunció la masacre por Facebook, pero nadie le hizo caso

Por Juana De Jesús

TEXAS, 26 de mayo (ADPRESS).- El joven de 18 años, quien según él era objeto de burlas por su tartamudez y que, para salir de la pobreza, se  consiguió un trabajo en un negocio de comida rápida en su pueblo, Uvalde, terminó siendo el protagonista de su propia historia de horror.

Autor de una de las peores matanzas en escuela alguna de la Unión Americana, Salvador Ramos acudió en horas del mediodía del martes 24 a la escuela primaria Robb Elementary, se parapetó en un salón junto a los escolares y disparó a quemarropa, asesinando a 19 niños y a dos maestras. Luego, murió en el enfrentamiento con la policía.

Lo que a todos aterra es que el atacante anunció la masacre por Facebook, indicó el gobernador de este estado, Greg Abbott.

Abbot dijo que el joven publicó una serie de posts en la citada red social. En el primero de ellos se podía leer: “Voy a disparar a mi abuela”. Para después continuar diciendo: “Disparé a mi abuela”. En el tercer y último mensaje, unos 15 minutos antes, llegó el aviso de la matanza: “Voy a disparar en una escuela primaria”.

Según Abbott, la mujer sobrevivió y llamó a la policía, el tirador huyó en un vehículo y tuvo un accidente a las puertas del colegio y, entonces, se dirigió a su interior.

Tras la masacre, Ramos se enfrentó a la policía y recibió un disparo mortal de parte de un oficial de la Patrulla Fronteriza.

Se informó que el tirador resistió unos treinta fatídicos minutos dentro del recinto escolar, antes de ser abatido por la policía local.

Recuerdan masacre escuela Sandy Hook

El ataque mortal fue el peor desde el tiroteo en la escuela primaria Sandy Cook, en Newtown, Connecticut, el 14 de diciembre de 2012, en el cual el perpetrador se suicidó al final del mismo.

Según los informes oficiales, en esa tragedia murieron, por lo menos 28 personas, incluyendo a Nancy Lanza (madre del autor) y Adam Lanza perpetrador de los hechos, y que tenía 20 años de edad. Del total de víctimas, veinte eran niños y seis adultos.

En el paralelismo, la historia recuerda que aquel tirador también disparó a un familiar, a su madre. En este caso, Ramos lo hizo con su abuela de 66 años, antes de dirigirse a la escuela.

Vecinos y algunos familiares de Ramos cuentan que su madre era adicta a las drogas, razón por la cual le quitaron la custodia, y que, de niño, era un muchacho dulce, que ayudaba a los demás.

Ayer, al final de una misa en memoria de las víctimas, Adriana Reyes, madre del tirador, pidió perdón a las familias afectadas, y solicitó que no juzguen a su hijo.

En cuanto a su abuelo, Rolando Reyes, dijo que su nieto no era violento y que jamás se enteraron de que poseía armas de fuego.

La abuela del homicida, a quien también le había disparado antes de la masacre en la escuela, está viva, pero en estado crítico, dijeron ayer las autoridades de este estado, aun conmocionado por la tragedia.