Asistencia urgente por inseguridad alimentaria aguda en el mundo

El número de personas que sufre inseguridad alimentaria aguda en el mundo cada vez se incrementa más y requieren de asistencia alimentaria urgente para salvar las vidas. Esta es una de las principales conclusiones de un informe anual presentado por la Red mundial contra las crisis alimentarias, una alianza internacional de las Naciones Unidas, la Unión Europea (UE), organismos gubernamentales y no gubernamentales que trabaja para hacer frente conjuntamente a las crisis alimentarias.
El informe se centra en aquellos países y territorios donde la magnitud y gravedad de la crisis alimentaria superan los recursos y capacidades locales. En estas situaciones, se requiere la movilización de la comunidad internacional.
Alrededor de 193 millones de personas en 53 países o territorios se encontraban en contextos de crisis con una inseguridad alimentaria aguda o en situaciones peores (fases 3 a 5 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases [CIF/CH]) en 2021. Esta cifra representa un incremento de casi 40 millones de personas en comparación con las cifras máximas ya registradas en 2020. De dichas personas, más de medio millón (570 000) habían alcanzado la fase más grave de inseguridad alimentaria aguda —la fase de catástrofe (Fase 5 de la CIF/CH)— en Etiopía, el sur de Madagascar, Sudán del Sur y Yemen, y requirieron acción urgente para evitar un colapso de los medios de vida, inanición y muertes generalizados.
Estas preocupantes tendencias son el resultado de múltiples factores que se retroalimentan entre sí, que van desde conflictos hasta crisis ambientales y climáticas, desde crisis económicas hasta crisis sanitarias cuyas causas subyacentes son la pobreza y las desigualdades.
Los conflictos siguen siendo el principal factor impulsor de la inseguridad alimentaria. Si bien el análisis es anterior a la invasión de Ucrania por la Federación de Rusia, el informe señala que la guerra ya ha dejado al descubierto la naturaleza interconectada y la fragilidad de los sistemas alimentarios mundiales, con graves consecuencias para la seguridad alimentaria y nutricional del mundo. El informe pone de relieve que los países que ya afrontan altos niveles de hambre aguda son especialmente vulnerables a los riesgos que la guerra crea en Europa oriental, en particular debido a su alto grado de dependencia de las importaciones de alimentos e insumos agrícolas y vulnerabilidad ante las crisis de los precios mundiales de los alimentos.
La Comisaria de Asociaciones Internacionales, Sra. Jutta Urpilainen, afirmó: “La invasión de Ucrania por la Federación de Rusia pone en peligro la seguridad alimentaria mundial. La comunidad internacional debe actuar para evitar la mayor crisis alimentaria de la historia y los trastornos sociales, económicos y políticos que esta podría provocar.
Mientras tanto El Comisario de Gestión de Crisis, Sr. Janez Lenarčič, afirmó: “El hambre no debería tener cabida en el siglo XXI. Sin embargo, vemos cómo se aparta a demasiadas personas del camino hacia la prosperidad afirmo.
Por otra parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró recientemente durante un foro organizado por el Real Instituto Elcano que el modo “más fácil” de poner fin a las actuales crisis alimentaria es terminar con la guerra en Ucrania la cual amenaza con incrementar el número de desplazados en el mundo.
La guerra ha paralizado gran parte de las exportaciones mundiales de trigo y fertilizantes por el bloqueo que Rusia mantiene de los puertos ucranianos, así como por las sanciones occidentales contra Moscú.
Se recuerda a finales de 2021, había 89,3 millones de refugiados y desplazados internos en el mundo, más del doble que hace diez años.
Solo queda esperar que los países enfrentados logren soltar el ego y puedan llegar a termino un enfrentamiento donde los más vulnerable son los que pagan las consecuencias.

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