Proyecto de ley Pro-Haití

Por: Ángel Puello.

El polémico proyecto de ley para la protección de las personas víctimas o sobrevivientes de trata y objeto de tráfico ilícito de migrantes que ha sido retirado del Senado por el Poder Ejecutivo para ser reintroducido en 45 días con modificaciones, llenó de asombro a los dominicanos que tenemos un sentimiento patriótico. Creemos que con un proyecto como el anterior, nunca antes hemos estado ante una amenaza tan real de que se cumpla el plan de invasión pacífica de parte de los nacionales haitianos.

Pasamos a enumerar razones por las cuales el mencionado proyecto jamás se debería volver a reintroducir al Senado aunque se quiera disfrazar con algunos  cambios.

Mientras la República Dominicana a pesar de ser saqueada constantemente por una élite de políticos y empresarios, es  todavía uno de los países de economía más sólida del Caribe, pero Haití es uno de los lugares más pobres del mundo donde existe la costumbre de destruir el medio ambiente; razón por la cual Haití es una nación frecuentemente castigada por los efectos del cambio climático, donde existe una cultura de violencia muy extrema hasta convertirse en uno de los países mas inseguros del mundo, donde se vive con crisis extrema de electricidad, salud, alimentación y educación.

Al ver lo anterior, concluimos en la realidad de que la isla Hispaniola está compartida por dos países que son totalmente diferentes lo que hace que no se puedan aplicar en República Dominicana con los haitianos los tratados internacionales de ayuda a los refugiados ya que, dicha aplicación significaría la pérdida de la identidad dominicana.

Observen algunos de los derechos que están incluidos en la Convención de Refugiados y en los tratados de derechos humanos internacionales.

Estos derechos conceden la posibilidad de permanecer en el país de acogida y no ser devueltos a su país de origen, además de recibir  de parte del país que lo acoja educación, asistencia en salud, vivienda y empleo de manera indefinida. 

Los descendientes de los refugiados conservan la condición de refugiados. En virtud del derecho internacional y del principio de la unidad familiar, los hijos de los refugiados y sus descendientes también se consideran refugiados.

Se destaca también que el estatus de refugiado “sobrepasa a la condición de inmigrante o extranjero” y permite que los estados receptores garanticen los servicios básicos de estos durante los programas de atención, recepción e identificación.

Un refugiado tiene los mismos derechos que un ciudadano del país receptor, al margen de si su estancia es de corta, mediana o de larga duración. “Cuanto más tiempo pase en el sitio de acogida adquirirá́ mayores derechos, pues se entiende que al prolongarse su estancia las necesidades serán mayores y deberán ser cubiertas.

Comprobar todas las cosas que podría esconder el proyecto de ley para la protección de las personas víctimas o sobrevivientes de trata y objeto de tráfico ilícito de migrantes, nos lleva a pensar que si queremos que nuestros hijos hereden una tierra dominicana libre, debemos evitar a toda costa la aprobación del atrevido proyecto de ley cuando sea reintroducido en 45 días.

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