Energía eléctrica gratis y a costo muy reducido gracias a la basura

Por Ángel Puello.

Los que viven con el grito al cielo con relación a los costos de la energía eléctrica podrían tener una oportunidad en que en el futuro inmediato hagamos como en otras naciones donde la basura es transformada en energía eléctrica.

Esto, hecho de una manera adecuada en muchas ciudades de la República Dominicana podría además de bajar ampliamente el costo de la factura de consumo de electricidad, también facilitaría iniciar un plan piloto donde se puedan auxiliar a barrios de extrema pobreza de la capital dominicana para producir energía eléctrica gratuita que sea el resultado de la basura que generan esas comunidades.

Para seguir hablando del tema es bueno que podamos primero conocer la enorme cantidad de basura que se produce en la República Dominicana y lo que se hace con la misma en la actualidad

En nuestro país se generan más de 88,000 toneladas de residuos sólidos, de los cuales sólo 22,000 terminan en la cadena de reciclaje, esto quiere decir que un 25%, o sea, las restantes 66,000 toneladas de residuos terminan en ríos y mares que provocan una enorme contaminación en nuestras aguas. Otro dato de interés es que en República Dominicana se generan más de 80 mil toneladas de residuos de plásticos al año, de los cuales apenas se gestionan 22 mil, quedando el resto contaminado el ambiente, el mar Caribe y los ríos.

Vamos a conocer la experiencia a nivel internacional para aprovechar la basura, el primer paso es la separación de residuos sólidos en orgánicos (de origen vegetal y animal) e inorgánicos. Posteriormente, son utilizados los primeros en la producción de electricidad y gas metano y los polímeros o plásticos para diesel y gasolina.

La basura orgánica (desechos de origen vegetal y animal) es sometida a un proceso de deshidratación para reducir la humedad y es mezclada con residuos vegetales obtenidos de podas de árboles para lograr una mejor combustión dentro de una caldera de biomasa (que aprovecha los recursos orgánicos para generar energía limpia) a través de vapor de agua. Las calderas utilizadas cuentan con chimeneas con carbono activado, en el que las emisiones son controladas y reincorporadas al proceso de reciclaje. Es decir, el agua contaminada sigue dando vueltas en el mismo sistema. Una parte se pierde en la evaporación, pero se vuelve a recuperar en la condensación que propicia el equipo. A la atmósfera se arrojan contaminantes inertes, que no son tóxicos.

Gracias al vapor y al gas metano funciona el generador, que por medio de una turbina va a producir electricidad. El gas se obtiene de la descomposición de desperdicios, y es aprovechado para inyectarse a la planta de generación eléctrica, después de ser captado en cámaras de biodigestión (tanques de almacenamiento con una salida, donde con filtros se depura el gas de contaminantes).

El gas metano es uno de los principales gases de efecto invernadero que se dispersan en la atmósfera y su efecto negativo sobre el calentamiento del planeta es veintiún veces mayor que el del dióxido de carbono.

Se calcula que 50 por ciento de la basura que se genera es orgánica y el resto inorgánica, y para producir 0.5 megawatts de energía eléctrica, lo que equivale a alimentar 450 viviendas populares promedio, de manera constante.

Esta manera de producir electricidad sería autosustentable ya que, con la basura se podría generar a un menor costo y esto provocará que la factura eléctrica llegue más barata en las zonas que puedan pagar la misma pues, en otras zonas muy deprimidas económicamente la alcaldía facilitará para que esté energía pueda llegar de manera gratuita.

Las ventajas de obtener energía eléctrica utilizando los desechos orgánicos benefician a la salud y disminuyen la contaminación.

La basura orgánica produce lixiviados, un caldo de contaminantes que pueden incluir toxinas y metales pesados gracias a la descomposición y lavado de las lluvias. Este líquido puede filtrarse en el subsuelo y contaminar los mantos freáticos.

Para producir gasolina y diesel son utilizados plásticos, que son sometidos a un proceso de ingeniería inversa, un proceso “hacia atrás” partiendo de un producto terminado para la generación de hidrocarburos, tomando en cuenta que la base para fabricar polímeros o plásticos es el petróleo.

El proceso de producción es limpio y reincorpora los desechos en el mismo sistema. Por lo tanto, la emisión al ambiente es inerte.

El diesel y la gasolina obtenidos pueden ser manipulados para que tengan una condición más óptima, es decir, ser más puros y con más rendimiento (de un 20 a 30 por ciento mayor al que ofrecen las marcas comerciales) por motor.

El rendimiento va de la mano con la eficiencia para una menor contaminación. La utilización de plásticos para la producción de gasolina es importante en una cultura en pro del reciclado y la sostenibilidad por la contaminación que generan.

En el mundo son producidas 300 millones de toneladas de plástico al año; gran parte es desechado y termina contaminando ríos y mares. De no ponerse un alto a este problema, para el año 2050 habrá más plástico que peces en el mar.

Si miramos otros ejemplos internacionales que debemos destacar está el caso de Noruega donde las fundas de la basura llenas de desperdicios del hogar se han convertido en una de las principales fuentes de combustible. Ese país transforma las 300.000 toneladas de basura anuales que no pueden ser recicladas en energía limpia. Los desperdicios no aprovechables se queman a 800 grados. El calor resultante sirve para hacer hervir agua y el vapor que se desprende va a parar a una turbina, cuyo movimiento se transforma en electricidad, almacenable y transportable.

Sin duda, lo anterior formaría parte de ese conjunto de soluciones medioambientales innovadoras que permiten dar un nuevo uso a la basura que generamos. Los responsables de coordinar este reto aseguran que la energía que se saca de cuatro toneladas de residuos es equivalente a la que produce una tonelada de combustible fósil. El resultado es combustible más barato, menos desperdicios y menor contaminación, una solución ecológica al problema de los vertederos.

Noruega transforma la basura en energía utilizando agua y es que hirviendo también se le saca partido, pues se canaliza hacia hogares y escuelas de la capital noruega. Las escuelas de Oslo reciben electricidad de estas plantas y casi la mitad de la capital noruega cuenta con calefacción gracias a los residuos domiciliarios. De esta forma se emplea menor cantidad de hidrocarburos.

Los responsables calculan que en 20 años las emisiones de Noruega se podrían reducir a la mitad utilizando la tecnología de estas plantas. Se utiliza muy poca energía para transportar la electricidad acumulada mediante el tratamiento de residuos, por lo que sale rentable llevarla a otras localizaciones. Por ese motivo, transformar la basura en energía es una solución tan beneficiosa, ya que permite proporcionar a los residuos una segunda oportunidad.

La capital de Noruega ha superado de tal manera la capacidad de procesar los residuos de sus 1,4 millones de habitantes que, desde hace años, importa desechos para sus plantas que generan calefacción y electricidad.

Cada día, se generan millones de toneladas de residuos en todo el mundo que, en muchos casos, no son procesados correctamente. Como consecuencia de esta problemática, a diario ensuciamos nuestros mares, contaminamos el aire que respiramos y contribuimos a la desaparición de ecosistemas que son críticos para la supervivencia del planeta. Iniciativas de países como Noruega contribuyen a concienciar a la humanidad sobre la importancia de procesar correctamente los residuos. No sólo porque sirve para proteger nuestro planeta, sino porque además aporta grandes beneficios, como la generación de energía útil.

Otros países como Francia también han desarrollado iniciativas para evitar la generación exagerada de residuos. Por ejemplo, en ese país los supermercados no pueden deshacerse de los alimentos que son todavía consumibles. Además de evitar la generación de residuos, con esto se permite ofrecer un sustento a aquellas personas que lo necesitan.

Es posible que en todas las ciudades de la República Dominicana podamos replicar todas estas soluciones medioambientales innovadoras como transformar la basura en energía, es fundamental que cada uno hagamos un esfuerzo a nivel individual. Nuestras acciones diarias y nuestros hábitos impactan enormemente en el medio ambiente. Por ello, recuerda que reciclar es un trabajo de todos y que tenemos que reutilizar y reciclar. En nuestras manos está asegurar que el planeta conseguirá sobrevivir y seguir albergando vida. Sólo si trabajamos unidos lo conseguiremos.

Comparte esto!