Choque de horarios: medida para reducir el tránsito podría complicar la rutina escolar de miles de familias

A partir del próximo 1 de julio, una nueva disposición del Gobierno dominicano entrará en vigor con el objetivo de mitigar el creciente problema del tránsito en el Gran Santo Domingo y otras zonas metropolitanas. La medida establece que el 70 % de los empleados públicos deberá iniciar su jornada laboral más temprano, distribuyéndose entre las 7:00 y las 7:30 de la mañana. Sin embargo, lo que para las autoridades representa un paso hacia una mayor eficiencia en la movilidad urbana, para miles de padres y madres trabajadores significa una nueva fuente de estrés y preocupación.
Y es que la mayoría de los centros educativos, tanto públicos como privados, permiten el ingreso de los estudiantes entre las 7:00 y las 8:00 de la mañana, pero muchos no abren sus puertas antes de ese rango. Esto genera un choque evidente: ¿cómo podrán cumplir los servidores públicos con el nuevo horario sin afectar el traslado o supervisión matutina de sus hijos?
Padres en alerta
En redes sociales y foros de padres, el anuncio ha generado una oleada de inquietudes. “Mi trabajo me quedará a 45 minutos de la escuela de mi hijo. Si tengo que entrar a las 7:00 a.m., no podré llevarlo ni esperar a que lo reciban”, comentó Laura Paredes, una madre que labora en una institución gubernamental en el Distrito Nacional y cuyos hijos asisten a una escuela pública en Villa Mella.
Otros padres temen que la falta de alternativas seguras para dejar a sus hijos antes del horario escolar pueda obligarlos a recurrir a transportes privados más costosos o incluso a dejar a los menores en condiciones inseguras.
“Esto no solo afecta la logística familiar, sino también la seguridad de los niños. Hay escuelas donde los portones no abren antes de las 7:00 a.m., y los niños no tienen dónde esperar”, expresó Ramón Díaz, presidente de una asociación de padres en Santo Domingo Este.
¿Qué busca el Gobierno?
La disposición forma parte del “Plan de Movilidad y Reordenamiento del Tránsito” impulsado por el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), en coordinación con el Ministerio de Administración Pública (MAP). La idea central es descongestionar las principales vías urbanas, escalonando los horarios laborales para evitar que todos los trabajadores salgan a la misma hora y colapsen las calles entre las 6:30 y 8:30 de la mañana.
La medida se aplicará de manera obligatoria para la mayoría de las instituciones del Estado, excluyendo aquellas vinculadas a servicios de emergencia, seguridad, salud y educación.
“Estamos tratando de impactar positivamente el flujo vehicular. No se trata de imponer, sino de ordenar de manera más racional los horarios”, aseguró el director del Intrant, Hugo Beras, durante una rueda de prensa reciente.
¿Y las soluciones para los padres?
Hasta el momento, las autoridades no han ofrecido una respuesta concreta para las familias afectadas por el desfase entre los nuevos horarios laborales y los horarios escolares.
El Ministerio de Educación no ha anunciado cambios en el horario de entrada a las escuelas ni medidas complementarias como el establecimiento de zonas seguras de espera o servicios de acogida temprana para estudiantes.
Especialistas en temas de educación y niñez advierten que ignorar este aspecto podría traer consecuencias indirectas. “No podemos pretender solucionar un problema estructural como el tránsito generando uno nuevo que impacte la vida cotidiana de los niños y sus familias”, explicó la socióloga y docente universitaria María Teresa Valdez.
Llamado al diálogo
Varias organizaciones civiles y gremios de empleados públicos han pedido al Gobierno abrir una mesa de diálogo para revisar el alcance y la implementación de la medida. Proponen, entre otras cosas, flexibilizar el horario para quienes tienen responsabilidades parentales o fomentar acuerdos entre instituciones educativas y estatales para crear sistemas de apoyo.
“No es que estemos en contra del cambio, pero debe hacerse con sentido común y considerando el impacto humano. Muchas madres solteras, por ejemplo, no tienen con quién dejar a sus hijos ni recursos para pagar transporte escolar”, afirmó Ana Julia Martínez, dirigente sindical del sector público.
En busca de un equilibrio
El desafío ahora está en encontrar un equilibrio entre las necesidades de eficiencia urbana y las realidades familiares. A falta de ajustes, lo que hoy se promueve como una solución vial podría traducirse, en la práctica, en una carga adicional para miles de hogares dominicanos.
Mientras se acerca la fecha del 1 de julio, los padres esperan respuestas claras. Porque para muchos, cumplir con el nuevo horario sin desatender a sus hijos sigue siendo una ecuación sin resolver.
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