“Carlos III desconecta el pasado: Fin del Tren Real por alto costo y modernización de la monarquía”

Reino Unido — El rugido de los motores reales dejará de escucharse. En una muestra más del enfoque pragmático y moderno del rey Carlos III, el icónico Tren Real será retirado, cerrando un capítulo glorioso del patrimonio británico.
Con una historia que se remonta a 1842, cuando la reina Victoria se convirtió en la primera monarca en viajar por ferrocarril, el Tren Real ha sido emblema de tradición, elegancia y poder. No obstante, su operatividad ha resultado ser cada vez más insostenible. De acuerdo con declaraciones oficiales, su desmantelamiento se ha convertido en una necesidad, tanto por el exorbitante costo de mantenimiento como por los cambios en las prioridades presupuestarias del reinado actual.
James Chalmers, responsable de las finanzas reales, fue enfático: “Este no es un adiós fácil. Pero para mirar al futuro con responsabilidad y visión, debemos soltar incluso los íconos más preciados del pasado”.
El retiro del tren es parte de una serie de reformas promovidas por Carlos III para reducir los gastos de la monarquía y alinearla con las expectativas del siglo XXI. Bajo su mandato, la institución ha comenzado a adelgazar su estructura y modernizar prácticas logísticas, administrativas y ceremoniales.
Si bien el tren dejará de operar, su memoria permanecerá en la historia y —probablemente— en algún museo nacional. Su despedida representa no solo la clausura de un vehículo, sino también una poderosa metáfora: la corona británica, aún anclada en el legado, avanza sin miedo hacia una nueva estación.





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