Cacao: los datos que debe saber sobre el «oro marrón»

El cacao, conocido como el “oro marrón” por su alto valor económico y cultural, continúa consolidándose como uno de los pilares de la agroexportación dominicana. Este fruto, cultivado con tradición centenaria y esfuerzo rural, ha llevado al país a posicionarse como uno de los principales productores de cacao orgánico a nivel mundial, siendo altamente valorado por las industrias chocolateras de Europa, Estados Unidos y Asia.

Según cifras del Ministerio de Agricultura y el Instituto Dominicano del Cacao (INDOCA), República Dominicana exportó más de 85,000 toneladas de cacao en 2024, generando ingresos superiores a los US$350 millones. De esa cifra, más del 60% corresponde a cacao orgánico, una categoría en la que el país lidera globalmente gracias a sus prácticas de cultivo sostenible.

¿Por qué se le llama “oro marrón”?

El término no es casual: además de su color característico, el cacao representa una fuente vital de ingresos para más de 40,000 familias dominicanas, sobre todo en comunidades rurales de San Francisco de Macorís, Duarte, El Seibo y Sánchez Ramírez. Para estas familias, el cultivo del cacao no es solo una actividad económica, sino un legado generacional.

“Es nuestro sustento y nuestro orgullo. El cacao nos ha permitido educar a nuestros hijos y mejorar nuestras condiciones de vida”, asegura Ramón Acosta, productor de cacao orgánico en Villa Riva.

Reconocimiento internacional

El cacao dominicano ha sido galardonado en múltiples ocasiones por su sabor y calidad. En el último Salon du Chocolat de París, varias marcas elaboradas con cacao nacional fueron reconocidas entre las mejores del mundo, destacando por sus notas florales, frutales y terrosas.

Además, organizaciones internacionales como Rainforest Alliance y Fairtrade han certificado cientos de fincas dominicanas por su compromiso con la sostenibilidad ambiental, la protección de los derechos laborales y la producción libre de agroquímicos.

Retos y oportunidades

Pese a sus logros, el sector enfrenta desafíos como la falta de acceso a financiamiento para pequeños productores, los efectos del cambio climático y la competencia de mercados emergentes. No obstante, iniciativas gubernamentales y de cooperación internacional buscan fortalecer la cadena de valor del cacao con programas de capacitación, tecnificación del cultivo y acceso a mercados justos.

El ministro de Agricultura, Limber Cruz, ha señalado que el cacao será clave para la política nacional de desarrollo rural sostenible:
“Estamos apostando al cacao como un motor económico, no solo por su rentabilidad, sino por su potencial para transformar comunidades.”

Conclusión: el cacao como símbolo nacional

Más que un producto de exportación, el cacao se ha convertido en emblema de identidad, esfuerzo y desarrollo rural. Con cada grano que se cultiva, fermenta y tuesta en suelo dominicano, se cuenta una historia de tradición, trabajo digno y orgullo nacional. Con razón le llaman “el oro marrón”: porque en él hay valor, historia y futuro.

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